Arribó desde Roma con deseos de no polemizar con el presidente Chávez, pero recordó que su misión es religiosa y la "de servir a Dios y al pueblo"
A pesar de su advertencia de no seguir polemizando con el presidente Chávez, el cardenal Jorge Urosa Savino rechazó este domingo las acusaciones del Gobierno que lo vinculan con grupos conspiradores y reiteró que su misión como religioso no es política sino la de servirle a los venezolanos, sin distingos de credo ni de condición social.
Las declaraciones de Urosa Savino fueron suministradas en el aeropuerto internacional de Maiquetía, tras haber llegado de Roma donde sostuvo encuentros con autoridades del Vaticano.
"Nuestra finalidad no es obtener poder político ni económico, sino servir a Dios y al pueblo, esa es la misión del Episcopado", señaló el arzobispo de Caracas quien dijo estar obligado "a defender la Iglesia".
"Somos pastores del pueblo de Dios, y trabajamos al servicio del pueblo; no estamos actuando como políticos, no somos miembros de ninguna coalición de oposición, estamos regados en todos los rincones de Venezuela y estamos trabajando por los pobres de diversos sectores", explicó el cardenal quien reiteró su mensaje "de paz y reconciliación entre todos los sectores de la sociedad venezolana".
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