El parlamentario aseguró que la presunta confesión de Sanabria, que las autoridades americanas sólo harán pública hasta después que se dicte sentencia en contra de Sanabria, involucraría a altos personeros de gobierno bliviano.
“A pesar del comprensible hermetismo en la oficina del fiscal Brian Dobbins y de los asistentes de la jueza Úrsula Ungaro, conversando con abogados y organizaciones civiles en Miami conocimos que en su confesión Sanabria habría implicado al menos a 64 ciudadanos, entre los que figurarían mandos policiales y altos funcionarios del Estado Plurinacional”, dijo el parlamentario.
Dorado, quien precipitó su regreso al país ante su imprevista citación por el fiscal del caso “Bingo Bahití”, señaló que esa medida se produjo precisamente con la intención de interrumpir su investigación, pero agregó que junto a otros parlamentarios estará presente el 2 de septiembre en Miami para ver la sentencia de Sanabria.
El diputado indicó que una red que exportaba cocaína bajo la dirección del jefe de inteligencia del gobierno alcanzó sin duda a directivos de aduana y migración.
“No es exagerar decir que Bolivia es un Narco-Estado, toda vez que el entorno del presidente se ha visto envuelto en sonados casos de narcotráfico, desde su asambleísta constituyente Margarita Terán, hasta su amauta (sacerdote) personal, pasando por funcionarios del Legislativo que en 2007 traficaban droga en bustos del Che Guevara”, dijo.
El parlamentario agregó que la confesión de Sanabria revelará “hasta donde este cáncer alcanzó las estructuras de Palacio Quemado, si subió hasta el gabinete, si alcanzó el tercer piso o si se quedó en la planta baja”.
Luis Felipe Dorado también subrayó su optimismo porque el caso esté en manos de la jueza Úrsula Ungaro, “de gran trayectoria en el combate al narcotráfico, lo que es una garantía de que la justicia llegará hasta el último implicado”.
El diputado recordó que Ungaro es conocida por las sentencias contra los narco-dictadores Manuel Noriega y Anastasio Somoza. Acotó que en este segundo caso “la jueza persiguió a los descendientes del dictador nicaragüense, alcanzando incluso a los sobrinos nietos de Somoza. Lo mismo sucedió con su condena a dos bancos alemanes por operaciones realizadas durante el nazismo, muchos años después de cometidos los delitos”.
Para Dorado, estas son señales de que “La jueza de hierro encerrará hasta al último de los implicados y siento que eso tiene preocupado a más de un dignatario de Estado en Bolivia”.
Venezuela Factual
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