Gadafi no solo huye como rata por el desierto, sino que días antes del ingreso de los rebeldes a Trípoli vendió reservas de oro de Libia, según denunció el presidente del Banco Central, quie asegura que el ex dictador vendió 29 toneladas de oro a compradores locales por la suma de US$ 1.400 millones en abril
El exdictador Muamar Gadafi vendió más del 20% de las reservas de oro de su país durante los últimos días de su régimen, anunció este jueves el gobernador del Banco Central libio, Qasem Azoz.
Gadafi vendió más del 20% de las reservas de oro durante los días anteriores al 23 de agosto, cuando las tropas rebeldes entraron en la residencia del antiguo líder, afirmó el gobernador, agregando que el total de los activos del Banco Central asciende a 115.000 millones de dólares, de los cuales 90.000 millones en el extranjero.
Gadafi, además, tendría muy bien guardada la que podría ser su última carta en esta guerra que ha calificado de "psicológica" en su último audio difundido la pasada madrugada: el uso de armas químicas.
Según publica este jueves el diario The Washington Post, que se hace eco de informes del Pentágono, el régimen gadafista habría enviado miles de máscaras de gas y armas químicas, así como trajes de protección a sus últimos bastiones. Esto ha hecho que en las últimas semanas hayan nacido las dudas sobre si las fuerzas del depuesto líder libio podrían tener acceso al mortal gas mostaza.
De hecho, tanto el Pentágono como una organización internacional de supervisión han asegurado que las reservas químicas existen y, dada la situación de caos que vive el país no descartan que se sirva de ellas. "No ha ocurrido todavía", ha declarado Mohammed Benrasali, un alto cargopa del equipo para la estabilización civil de Libia.
Pero la amenaza está ahí. De hecho, no sería la primera vez que Gadafi se sirve de este tipo de armas. En la guerra del año 1987 con Chad ya las empleó aunque finalmente accedió a desmantelar su arsenal de armas de destrucción masiva a cambio de un acercamiento con Occidente. Y para dejar claro su compromiso, ordenó la demolición de 3.300 proyectiles de artillería.
Sin embargo, el riesgo reside en que las reservas de gas mostaza nunca fueron eliminadas. En este sentido, un cable de la embajada de EE.UU. del pasado mes de noviembre de 2009 y que fue filtrado por Wikileaks sugiere que lo que estaba haciendo Libia era una estrategia para aparentar debilidad cuando, en realidad no lo era pero así poder obtener más compensaciones de las potencias occidentales.
Por lo tanto, en territorio libio aún quedaban más de once toneladas de este tipo de gas el pasado mes de febrero, cuando comenzó la presión internacional contra Gadafi, según los últimos informes de la Organización para la Prohibición de las Arms Químicas, que trabaja estrechamente con Naciones Unidas.
Pese a estas evidencias, las fuerzas estadounidenses se mantienen escépticas sobre la posibilidad de que el exlíder haga uso de este tipo de gas.
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