La versión de dos etarras detenidos en España la semana pasada, que afirmaron haber recibido entrenamiento armado en Venezuela, fue confirmada por un periodista español que se hizo pasar por palestino antiisraelí para conocer el presunto entramado de conexiones entre ETA y las FARC y que implicarían al vasco nacionalizado venezolano Arturo Cubillas.
En marzo de 2008, tras varios meses de contactos con líderes de los Tupamaros y la Coordinadora Simón Bolívar en Caracas, el reportero español Antonio Salas, autor del libro El palestino, fue admitido para recibir adiestramiento en el manejo de armas en uno de los presuntos campamentos de entrenamiento guerrillero en Venezuela.
En un artículo publicado ayer por la revista Crónica del diario español El Mundo y titulado "Yo aprendí a matar como ETA en Venezuela", Salas relata cómo sus contactos con Carlos Alberto Ríos, Alberto Carías y Oscar Rotundo le permitieron acceder al entrenamiento dirigido a irregulares; mientras un dirigente del PSUV en el 23 de Enero lo acercó a Cubillas. Afirma que tiene todos los testimonios filmados.
Quién es quién. A principios de 2008, Carlos Alberto Ríos, alias "Musulmán", era el líder Tupamaro de Petare y fue quien le confirmó que en Venezuela "existían seis campos de entrenamiento guerrillero", uno de los cuales estaría en el estado Vargas. Ese personaje habría gestionado la preparación militar del infiltrado con un supuesto coronel del Ejército bolivariano de nombre Jimmy. La cita que no se concretó.
Alberto Carias, alías "el Chino Carías", fue jefe de Seguridad Ciudadana de la Alcaldía de Caracas y es el líder de los Tupamaro en Venezuela. "Gracias a él contacté con la guerrilla colombiana para solicitar mi acceso a sus campos de entrenamiento", indica.
Oscar Rotundo es un periodista de nacionalidad argentina residente en Venezuela y era asistente del diputado Roy Daza. Días después del bombardeo en el que murió el jefe guerrillero Raúl Reyes y una decena de mexicanos, Rotundo le reveló a Salas que "si hubieran bombardeado unos días antes habrían pillado a los chilenos y unos días antes a los vascos". El reportero afirma que la crisis diplomática desatada por el ataque lo obligó a "reorientar la búsqueda de adiestramiento terrorista a Venezuela".
El entrenamiento. Salas fue confirmado para recibir la instrucción armada cinco meses antes de la fecha que reportan los dos etarras interrogados la semana pasada por las autoridades españolas.
El reportero relata que el día señalado lo recogieron en un punto de la ciudad y rodaron por carretera varias horas. No sabe a dónde lo llevaron, pero asegura que aprendió a manejar armas cortas tipo Glock, Beretta y M4; largas tipo FAL, Uzzi y Kalashnikov, así como fusiles con mira telescópica.
"Nuestro instructor era un coronel del Ejército venezolano que (...) no ocultaba su afinidad y apoyo a la causa palestina, la guerrilla colombiana o el independentismo vasco", escribe.
Antonio Salas también logró entrar en contacto con Arturo Cubillas en 2008: "Mi cámara oculta terminó con su anonimato, captando la primera imagen del etarra más importante de Venezuela en 25 años", gracias a Juan Contreras, que se postuló como candidato a diputado por el PSUV en la capital, y Paúl de Río, presidente de la Fundación Manuel Ponte, que propiciaron el acercamiento.
El Nacional.
En marzo de 2008, tras varios meses de contactos con líderes de los Tupamaros y la Coordinadora Simón Bolívar en Caracas, el reportero español Antonio Salas, autor del libro El palestino, fue admitido para recibir adiestramiento en el manejo de armas en uno de los presuntos campamentos de entrenamiento guerrillero en Venezuela.
En un artículo publicado ayer por la revista Crónica del diario español El Mundo y titulado "Yo aprendí a matar como ETA en Venezuela", Salas relata cómo sus contactos con Carlos Alberto Ríos, Alberto Carías y Oscar Rotundo le permitieron acceder al entrenamiento dirigido a irregulares; mientras un dirigente del PSUV en el 23 de Enero lo acercó a Cubillas. Afirma que tiene todos los testimonios filmados.
Quién es quién. A principios de 2008, Carlos Alberto Ríos, alias "Musulmán", era el líder Tupamaro de Petare y fue quien le confirmó que en Venezuela "existían seis campos de entrenamiento guerrillero", uno de los cuales estaría en el estado Vargas. Ese personaje habría gestionado la preparación militar del infiltrado con un supuesto coronel del Ejército bolivariano de nombre Jimmy. La cita que no se concretó.
Alberto Carias, alías "el Chino Carías", fue jefe de Seguridad Ciudadana de la Alcaldía de Caracas y es el líder de los Tupamaro en Venezuela. "Gracias a él contacté con la guerrilla colombiana para solicitar mi acceso a sus campos de entrenamiento", indica.
Oscar Rotundo es un periodista de nacionalidad argentina residente en Venezuela y era asistente del diputado Roy Daza. Días después del bombardeo en el que murió el jefe guerrillero Raúl Reyes y una decena de mexicanos, Rotundo le reveló a Salas que "si hubieran bombardeado unos días antes habrían pillado a los chilenos y unos días antes a los vascos". El reportero afirma que la crisis diplomática desatada por el ataque lo obligó a "reorientar la búsqueda de adiestramiento terrorista a Venezuela".
El entrenamiento. Salas fue confirmado para recibir la instrucción armada cinco meses antes de la fecha que reportan los dos etarras interrogados la semana pasada por las autoridades españolas.
El reportero relata que el día señalado lo recogieron en un punto de la ciudad y rodaron por carretera varias horas. No sabe a dónde lo llevaron, pero asegura que aprendió a manejar armas cortas tipo Glock, Beretta y M4; largas tipo FAL, Uzzi y Kalashnikov, así como fusiles con mira telescópica.
"Nuestro instructor era un coronel del Ejército venezolano que (...) no ocultaba su afinidad y apoyo a la causa palestina, la guerrilla colombiana o el independentismo vasco", escribe.
Antonio Salas también logró entrar en contacto con Arturo Cubillas en 2008: "Mi cámara oculta terminó con su anonimato, captando la primera imagen del etarra más importante de Venezuela en 25 años", gracias a Juan Contreras, que se postuló como candidato a diputado por el PSUV en la capital, y Paúl de Río, presidente de la Fundación Manuel Ponte, que propiciaron el acercamiento.
El Nacional.
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