El protagonista de la escena es Rafael Horacio Ramos de la Rosa, un venezolano de 61 años, que había sido designado interventor de Unovalores e Italbursátil en diciembre de 2009, y que pocos meses después entró en acción con un plan, en aparente combinación con el presidente de la Comisión Nacional de Valores (CNV), Tomás Sánchez, para obtener una jugosa comisión de $2 millones.
Ramos utilizó como estructura de apoyo una firma registrada a nombre de dos empresarios de origen judío ubicados en la ciudad de Hollywood, y a una empresaria venezolana de nombre Adriana Grillet que actuó como intermediaria entre Ramos y los propietarios de Unovalor.
De acuerdo al documento de la acusación federal, Ramos exigió inicialmente un pago de $2 millones, dejando en claro que la cifra garantizaba que el presidente de la CNV, Tomás Sánchez Mejías, iba a “escribir un reporte positivo” sobre la casa de bolsa.
La indagación federal se inició en abril de 2010, cuando Ramos sostuvo un encuentro con Tomás Vásquez Estrella, propietario de Unovalores, en el hotel Ritz Carlton de Coconut Grove, en el sureste de Miami, en la que se planteó por primera vez el pago de los $2 millones.
En esa reunión también estuvo presente Rolando Araujo, tío de Vásquez y director de la casa de bolsa. Araujo fue quien le comunicó a Vásquez la exigencia de Ramos.
Según detalló el documento federal, el objetivo del pago era “para que (Tomás) Sánchez y Ramos escribieran un informe positivo sobre Unovalores”.
En caso de que Vásquez se negara a pagar, indicó el documento, “Sánchez escribiría un reporte negativo de la compañía y esta sería subsequentemente liquidada, y la reputación de Vásquez en Venezuela quedaría arruinada y podría ser acusado criminalmente”.
Los agentes federales intervinieron correos electrónicos y llamadas telefónicas de Ramos, y grabaron sus encuentros con Vásquez en varios restaurants y hoteles de lujo en Miami y Nueva York.
Durante una de estas reuniones en el restaurant Novecento de Coral Gables, Ramos le dijo a Vásquez que Tomás Sánchez, presidente de la CNV, “iba a ser bueno con él y le iba a enviar un informe positivo de Unovalores”.
En ese mismo encuentro, Ramos le comunicó a Vásquez que ya le había enviado las instrucciones sobre cómo entregarle el dinero, a través de Araujo, incluyendo información de varias cuentas Corrientes en Bank of America, a nombre de la firma Jodshad Jewels Investments LLC, con sede en Hollywood, Florida.
Entre otras instrucciones, Ramos pidió que se le depositaran $450,000 a cuentas personales, incluyendo una cuenta suya en las Islas Caimán.
Ramos pidió que se realizara un depósito de $70,000 a nombre de Juan Carlos González González en una cuenta bancaria en Panamá, y que se le enviaran $60,000 en efectivo para que le fuera entregado en Caracas.
La captura de Ramos se produjo el sábado. Los agentes del FBI le encontraron en uno de los bolsillos un cheque por $750,000, el ultimo tramo del pago para concretar la extorsión.
Hoy fue la primera audiencia administrativa del caso y se espera en los próximos días sea presentado de nuevo ante el juez. Se le acusa de ser “agente de un Gobierno de extranjero actuando sin autorización de las autoridades estadounidenses”.
En el caso se menciona también a una persona identificada como Adriana Grillet, quien al parecer tenía conexiones con Ramos y a la que se le debía dar un “pago de buena fe” por 50.000 dólares.
Los agentes del FBI exhortaron hoy a cualquier persona que considere que podría estar siendo víctima de un esquema similar de extorsión o que tengan cualquier información sobre intentos de soborno que lo notifiquen a las oficinas locales de esa agencia gubernamental.
Impacto CNA
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