"A todos, incluyendo a Chávez y a sus seguidores, nos conviene que tengan control legislativo"
Los oyentes de su programa La Linterna (RCR) se dirigen a él llamándole "doctor". Y no es que Diego Bautista Urbaneja no lo sea. Al contrario, le sobran títulos y méritos académicos. Solo que su juicio sereno y el tono consiguiente con que lo expresa, llevan a la gente a imaginarlo como, efectivamente, es: un estudioso y un intelectual mesurado, aun cuando lata en él el gusanillo de la política y le afloren inclinaciones no acordes con esa imagen como el toque de timbales y el gusto por la música tropical.
-Para algunos analistas la estrategia de Chávez es la misma de siempre. La diferencia es que ahora parte con una desventaja mayor que en otros procesos electorales en la casi totalidad de los cuales, con excepción del 2007, logró remontar y triunfar.
-En esta oportunidad la estrategia de Chávez ha sido más compleja. Además de sus recursos tradicionales como el "vienen por mí," ha recurrido a un mensaje conservador en el sentido de decirle a la gente que se conforme. Esa carta del conformismo es una novedad.
-¿Que se conforme o que se resigne?
-Quizás las dos cosas, pero es un mensaje que apunta al amedrentamiento para que se comporte: "quédate tranquilo y sigue conmigo, que ya tú me conoces". Después de once años Chávez es el status quo. Solo que ese status quo tiene una característica original, en el sentido negativo de la palabra porque está impulsado por una naturaleza amenazante que es permanente y crea zozobra. Se trata de una monstruosidad, característica de este régimen, porque asume una función exactamente contraria de la que distingue al status.
--Hay casos en que el amenaza y consuma la amenaza, en otros la amenaza se queda en eso sin pasar a mayores y también están los que no amenazan pero agreden. status
-Aquí la amenaza a veces se realiza y a veces no, pero siempre está latente. Chávez es una amenaza contra la seguridad de la gente porque el tema no le preocupa absolutamente para nada. Está, también, la amenaza permanente contra la propiedad en dos vertientes: la directa, cuando expropia y la otra, la indirecta, más perjudicial porque va a la destrucción de propiedad vía destrucción de empleo y deja a la gente en la calle. Aparece también la amenaza de la guerra o de la invasión, que todos saben imposible pero que siempre crea zozobra.
-La amenaza como sistema.
-Lo cual es justamente lo contrario del status quo. Y Chávez es víctima, en cierta forma, de esa contradicción en la que la gente, por otra parte, no puede creer porque el deber del status es llevar tranquilidad. Entonces, la estrategia de Chávez no está tan cantada como las anteriores. Ahora juega, además de su mensaje polarizador y plebiscitario, al conformismo y a la resignación.
-¿Crees que en el mes y un poco más que falta para el 26 de septiembre Chávez pueda revertir, con un cambio de estrategia, la tendencia que se manifiesta en las encuestas, no precisamente alentadora para él y su proyecto?
-Los números se están moviendo en una dirección bastante clara a favor de las fuerzas democráticas, que hacen un esfuerzo gigantesco por plantarse como alternativa convincente. Pero más allá de eso y del trabajo que se realiza desde la Secretaría Ejecutiva, bajo la conducción de Ramón Guillermo Aveledo y de todos los componentes de la unidad, es importante que la población se deje de tonterías.
-¿Qué significa eso?
-Hay que dar un paso adelante, lo que está en juego es muy serio porque se trata de la continuación de un camino desastroso para del país y la gente debe tomar conciencia de eso. A estas alturas estamos muy lejos de aquella situación en la cual el ciudadano se ponía a esperar a ver cómo lo cortejaban los partidos. Aquí estamos en una situación dilemática donde la alternativa democrática hace un gran esfuerzo para consolidarse hacia el futuro y es importante que el ciudadano le tienda la mano. Así la Asamblea Nacional podrá ponerle el primer freno a quien representa ese status quo amenazante, desbocado, sin límites ni escrúpulos, incluso para bien de él mismo y de quienes lo siguen.
-¿Crees que una Asamblea Nacional puede frenar a quien actúa con esa arbitrariedad y con todos los poderes en un puño?
-Eso significaría que uno de esos poderes deja de estar en el puño y en cascada los demás poderes entran en otra situación. En todo caso, que la Asamblea Nacional deje de estar en ese puño resulta muy importante, tanto para nosotros como para Hugo Chávez, quien es víctima de su propio descontrol. Hemos llegado a un punto en el cual no solo el país, sino él y sus seguidores, lo necesitan.
-¿Estás diciendo que debemos ayudar a Chávez?
-Quédate con lo que te dije. A todos nos conviene que Chávez tenga un control, incluyéndolo a él.
-¿Quién controla a alguien que cuando pierde, como ocurrió con Ledezma, le arrebata todos los poderes y desconoce la voluntad popular? ¿No ocurriría lo mismo con la Asamblea?
-Esa no es una preocupación que nos deba detener. Nuestra tarea, como ciudadanos, es producir triunfos democráticos. El caso de Ledezma, es emblemático por irrespeto a la decisión del pueblo. Pero, aun así, yo prefiero mil veces que ganara Antonio Ledezma y no Aristóbulo Istúriz. Es muy importante esa victoria, independientemente de la reacción de Chávez.
-¿Qué llamas ganar?
-Yo estoy montado en el escenario de obtener la mayoría. Nadie me baja de ahí. Observo una tendencia al crecimiento de las fuerzas democráticas. Y esa tendencia debemos llevarla hasta el triunfo en término de mayoría de curules. Hay que ganar y y estar listo para las posibles reacciones del derrotado. Todos los escenarios deben plantearse.
-El estudio de esos escenarios no es necesario en un país donde funciona la democracia con normalidad. Allí, si la oposición gana las parlamentarias, el Gobierno se alista para la convivencia. Pero en este caso es obvio que Chávez no parece dispuesto a ordenar el ejecútese a leyes que no sean iniciativa de los suyos.
-Tienes toda la razón. Como no estamos en una situación normal hay que hacer un trabajo de previsión, innecesario en circunstancias democráticas normales y ese trabajo se está haciendo.
-Desde ambos bandos el 26 de septiembre se plantea como dilemático: "se está decidiendo la suerte del país". Y una tesis tan extrema significa, para la oposición, que si Chávez gana la opción democrática queda cancelada.
-No es así. Me pones a hablar de un escenario que no quiero contemplar, pero veámoslo. Esa afirmación de la "última oportunidad de la democracia" es muy vieja, la escuchamos desde hace mucho tiempo y más en estos últimos once años. Pero creo que no se corresponde con la realidad. La lucha por la democracia está ahí siempre. En el supuesto negado de que Chávez llegue a ganar la Asamblea Nacional, la pelea por la democracia continúa. Quizás en circunstancias más difíciles, pero de ninguna manera esta película termina con que Chávez triunfe para siempre. Así como tampoco se desvanecen los peligros si ganan las fuerzas democráticas. Incluso, triunfando con amplitud, la democracia sigue amenazada.
-¿No resulta peor la amenaza si gana la unidad democrática?
-Debemos estar preparados para eso y creo que la MUD lo está. Pero de ninguna manera puede plantearse que lo mejor para el país sea el triunfo de Chávez. Eso nunca será mejor.
-Más allá de lo que se haga desde la Asamblea, en términos legislativos, algunos analistas plantean que los resultados globales (número de votos a nivel nacional), por ahora favorables a la oposición, si bien no implican, necesariamente, mayoría en la Cámara, resultan un golpe para la aspiración reeleccionista de Chávez. Esa, dicen, es la verdadera importancia de las elecciones.
-No. Esa es una de las importancias. Una Asamblea mayoritariamente democrática tiene un significado político, porque se accede a una tribuna y a una instancia de control que ahora no tenemos . Es muy distinto actuar por la libre, como lo hace Chávez, a tener un órgano legislativo que fiscalice, investigue, interpele y eventualmente legisle para corregir desmanes y amenazas que son características de este Gobierno.
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